Procede del arameo: Mellizo. De gran sinceridad, lógicos y escepticos. Tienen un gran sentido de la realidad ¡quieren tocar! Muy concretos, para ellos es siempre ¡si o no! Exigentes amigos, prefieren la familia al ruido mundano. (de una de esas tablillas cutres con el significado del nombre)
Y Tomás se hace preguntas, como si influyen los nombres en las personas hasta tal punto de determinar su forma de ser, de sentir y de vivir. Entiendo que si a uno le ponen un nombre, digamos que especial, este influya en muchos aspectos de su vida. No es lo mismo llamarse Antonio que Cipriano o Telesforo; ni el juego que puede dar en tus compañeros de clase el tener un nombre como los segundos. No es lo mismo tener que deletrearlo cada vez que lo dices o que el/la funcionario/a de turno lo sepa escribir con sus acentos y todo.
Pero por lo demás, ¿puede un nombre (solo el nombre) influir en si una persona es más extrovertida o introvertida? ¿puede un nombre decidir si prefieres la familia al ruido mundano?
Y Tomás se hace preguntas, como si esto es así, como si yo soy todo eso. Empecemos desde el principio.
Mellizo. Ni lo tengo, ni lo soy, a no ser que sea un mellizo de esos cigóticos y este en alguna parte de mi cuerpo desde hace veintinueve años.
Sincero. Lo que se dice sincero, no siempre; que a veces puedo ser falso como una moneda de tres duros.
Lógico. Si, lo manda mi cabeza, aunque no por ello me deje algunas veces llevar por el viento. Más bien soy tranquilo que lógico.
Escéptico. Es que el evangelio nos hizo mucho daño a los Tomás. Y el santo del día de hoy mucho más. Pero si, en muchas y para muchas cosas de esta vida lo soy. No me creo ni lo que me cuentan los telediarios, y vosotros tampoco deberíais creerlo. Y por lo general no estoy de acuerdo ni con mis propias opiniones. Difícil, si, pero que le voy a hacer.
Tocar. Claro que quiero ¿no te jode? ¿Y quien no? Aunque muchas veces me conformo con mirar.
Concreto. Siempre si o no. Ni de coña. Quien me conoce sabe que soy indeciso hasta cansar a los que me rodean. Me gustan los grises y todos esos colores que al mezclarse con el blanco, el negro y con otros colores dan lugar a muchos más matices.
Exigentes amigos. Si, porque no, pero no para todos mis amigos soy exigente, no a todos les exijo lo mismo, y no a todos les tengo en cuenta de la misma manera sus meteduras de pata.
Prefieren la familia al ruido mundano. Si tenemos en cuenta que mi familia, es mundana y ruidosa, no la debería preferir; pero todo depende del día, por lo general no prefiero el ruido, pero si prefiero lo mundano.
¿Algo que añadir? ¿Alguna pregunta? ¿Alguna respuesta?
Pd. Si, no me llamo Luigi, me llamo Tomás. ¿Seremos mellizos?