martedì, gennaio 22, 2008

diferente

Acabamos de terminar de comer: pasta carbonara y tortilla de cartón con sabor a microondas, todo regado con mucha cerveza y algo de tinto. El calor que entra por la ventana y se une al que he cogido del sol que me ha dado viendo las ruinas de Baelo Claudia me tienen amodorrado. Me he tirado en el sofá, pero no me duermo. Cuando me dicen que se van a la playa, estando tan cerca no puedo negarme. Y cuando me dicen que se van a bañar, s eme antoja, a pesar de estar a mediados de enero. La cerveza me ayuda, y me pongo el bañador, ese rojo tan pasado a la vez que tú te pones el que le hemos quitado a mi hermano. Le paso a Sergio unos calzoncillos que no lo parezcan tanto porque no se ha traído bañador. Bajamos a la playa con cuidado de ponernos en ese pico de la escalera del mejicano que vuela y del que no me fío. Al llegar, zapatos fuera, gafas fuera, camiseta fuera, y la orilla. El agua esta fría, helada, pero apetecible, así que nos metemos poco a poco aun a riesgo de que se nos corte la digestión. Nadamos un poco, pero muy poco, y al salir, la sensación que se produce en el cuerpo cuando se va calentando poco a poco y que trasladamos a los demás, es definida por Migue como estado de shock. En ese estado deben encontrarse mis pies, menos mal que vamos a dar un paseo hasta donde podamos. Andamos mientras la arena pica en las piernas por culpa del levante que ha saltado esta mañana (Cádiz y sus dos mares, la mare que parió al poniente y la mare que parió al levante) pero al llegar a la punta tenemos que darnos la vuelta porque la marea esta alta y no se puede pasar hasta la playa de las cortinas. Otra vez será, porque volver volveremos y espero que pronto. De vuelta a los apartamentos, por la playa soy consciente de que alguna cosa buena tiene vivir en este feudo sureño y de que quizás, lo del cambio climático no sea tan malo como lo pintan…

venerdì, gennaio 18, 2008

y este fin de semana...

...este fin de semana playa, a pesar de que no sea como esta aquí porque es invierno. Playa por fin, por fin una promesa cumplida.
Te lo debia. En unas horas, estaremos allí...