martedì, dicembre 16, 2008

refrescamientos

Esta mañana no lo he podido resistir, ha sido como una especie de impulso extraño, como si alguien me moviera en vez de moverme yo mismo. Cuando me iba a meter en la ducha, había empezado ya a sonar el ‘Gavilán o paloma’ de Pablo Abraira que últimamente me ha dado por poner cuando me ducho; pero de repente, como una especie de iluminación, me he ido a la estantería de los cedes y he buscado ese que no tiene carátula y que grabe hace unos años. Ese cede que me hace reír un poco en estas fechas que a veces se presentan tristes y ojerosas… y le da una visión distinta a algunas historias, a algunos pasajes de esa tradición de la anunciación, embarazo, parto o alumbramiento, adoraciones y huida a Egipto. Un cede que hace que me olvide un poco de las cosas que menos me gustan de estos días que se acercan…


mercoledì, novembre 19, 2008

no me gusta

No me gusta llegar del trabajo con la mente a media carga, incapaz de concentrarse lo suficiente como para sacar algo en claro después de una noche en la que algunas palabras, algunas ideas, algunas cosas solo han dejado de resonar en mi mente cuando dormía. No, no me gusta, pero a la vez me cuesta trabajo decidir que camino tomar, a pesar de saber que tengo que tomar alguno. No me gusta no estar aquí ni allí, mi apatía general, mis desganas particulares, mis faltas de interés, mis silencios prolongados, mis si pero no y mis viceversas. No me gusta cuando estas conmigo, a pesar de que yo hace días que no estoy.

mercoledì, ottobre 15, 2008

tiempo

No la ves, esta ahí, ahí, delante de ti. Está delante tuyo y no la ves. Se te escapa, y no la ves, y no la sientes, y no te das cuenta de que cada momento que pasa es un momento menos, un instante fugaz que no volverá, que se perderá para siempre en ese mar de momentos sin vivir, sin captar, sin disfrutar. Las horas pasan convirtiéndose muchas en horas perdidas en las que no se disfruta; horas sin vivir intensamente. Nos pasa a todos, no lo neguéis, todos tenemos esa sensación de tiempo perdido en esas cosas que nos apetece poco hacer o al volver a la rutina cuando hemos disfrutado de un fin de semana ¿Y que hacer? ¿Dejar de trabajar o de dormir por exprimir con ansia todos los segundos, o dedicarnos solo a los que nos dejan libres el trabajo, el camino a casa, la compra en el súper…? Mejor disfrutar de todos los momentos que podamos, de los que pasan en el trabajo, en la compra… o simplemente escuchando un poco la música que más nos inspira.


mercoledì, settembre 03, 2008

pasar o no pasar...

Dicen que a uno su familia le toca, pero que las amistades las elije. Eso es así hasta un cierto punto, porque hay personas que nos acompañan en este largo camino (o corto, según se mire) desde hace muchos años, por lo que se las puede considerar amistades, pero a los que durante muchas épocas del año, lo que te entran ganas es de dejar de tener relaciones con ellas. Alguien puede pensar que es una barbaridad, que las amistades no se clasifican, que eso no son amigos; pero cuando llevan tanto tiempo con nosotros y han compartido y siguen compartiendo con nosotros tantas cosas uno las considera amistades (que no del alma, claro está). Creo que la única razón por la que no rompemos definitivamente con estas personas es por costumbre, porque están ahí, porque si uno las ha aguantado durante quince años, no existe razón por la que dejar de tratarlas los pocos días al año que coincides con ellas; aun cuando la primera palabra que piensas en soltarle es un MADURA o un PIENSA tan fuerte y seco que les haga pasar pagina de una vez. Puede que los que tengamos que madurar seamos nosotros, y pasar de ellos, pero en esa diatriba nos encontramos, y así pueden pasar otros quince años; siempre y cuando no vivamos en la puerta de al lado, entonces la única solución sería mudarnos.

lunedì, giugno 30, 2008

veraneo


Cuando salir a la calle significa correr el riesgo de hundirme en el asfalto reblandecido por el sol y uno tiene que permanecer en casa hasta las ocho de la tarde si no quiere correr el riesgo de terminar derretido como la bruja del Oeste; vienen a mi mente los veranos de mi infancia. Veranos largos, de dos meses, que transcurrían sobre todo en La Mela. Levantarme y meterme en la alberca con los ojos aun pegados, esperar a que se despertara mi prima Adriana, esperar a que Ana Mari apareciera en su bicicleta verde para tomarnos el aperitivo… era otra forma de medir el tiempo, otros ritmos, era hasta otra forma de respirar. Las tardes de calor las podíamos pasar entre la piscina y el porche jugando al Monopoly o al hotel, o escaparnos en bicicleta sin dejar que vinieran los más pequeños al lago (una especie de embalse para regar que debía de estar lejos pero que seguro que no lo estaba tanto). Esas eran unas verdaderas vacaciones, un verdadero verano, cuando la mayor preocupación era no caerte de la bicicleta porque el alcohol escocia y la novedad era pasar del mercurio cromo a la cristalmina.

martedì, aprile 08, 2008

breves momentos

Ni los fines de semana ni las semanas tendrían sentido sin las mañanas de los sábados. Esas mañanas que empiezan a tu lado en la cama, cuando el gato me despierta saltando sobre mí y comienza a ronronear hasta que me termino levantando.
Las mañanas de los sábados nos llevan a abandonar tu casa aun con los ojos pegados camino de La Cacharrería, donde María nos acompaña en el desayuno que se alarga casi siempre un café más. Después vienen los paseos, las idas y venidas comprando en el provisional mercado de la Encarnación, en alguno de los 20 duros de la zona o echando un ojo en las librerías de viejo.
Todo para terminar con algunas bolsas tomando un botellín fresquito fresquito a 60 céntimos en la puerta de la Amalia, hablando como tantas veces de ese futuro que vamos planeando poco a poco. Mientras espero ese futuro disfrutar de todos y cada uno de los minutos que paso contigo; como este mismo en el que duermes en el sofá detrás de mi.

martedì, febbraio 19, 2008

los ultimos de la fila

Carmela y Luís han llegado esta mañana nublada del mes de febrero para formar parte del vagón de cola de este tren de locos que un día Tato y Conchita decidieron formar. Más que llegar los han traído, una abertura en su calido nido ha bastado para que empezaran a contar sus días. Entre las histerias de mis tías las mellis y la tranquilidad de mi tío el chico y de mi abuela, hemos pasado de ser veintiuno a veintitrés primos sin dejar de ser una exageración. Pero que más da el número cuando sabes que siempre hay alguien para lo que necesites. Con ello cuentan estos dos pequeños que se han convertido desde hoy en nuestros ojitos derechos.

martedì, gennaio 22, 2008

diferente

Acabamos de terminar de comer: pasta carbonara y tortilla de cartón con sabor a microondas, todo regado con mucha cerveza y algo de tinto. El calor que entra por la ventana y se une al que he cogido del sol que me ha dado viendo las ruinas de Baelo Claudia me tienen amodorrado. Me he tirado en el sofá, pero no me duermo. Cuando me dicen que se van a la playa, estando tan cerca no puedo negarme. Y cuando me dicen que se van a bañar, s eme antoja, a pesar de estar a mediados de enero. La cerveza me ayuda, y me pongo el bañador, ese rojo tan pasado a la vez que tú te pones el que le hemos quitado a mi hermano. Le paso a Sergio unos calzoncillos que no lo parezcan tanto porque no se ha traído bañador. Bajamos a la playa con cuidado de ponernos en ese pico de la escalera del mejicano que vuela y del que no me fío. Al llegar, zapatos fuera, gafas fuera, camiseta fuera, y la orilla. El agua esta fría, helada, pero apetecible, así que nos metemos poco a poco aun a riesgo de que se nos corte la digestión. Nadamos un poco, pero muy poco, y al salir, la sensación que se produce en el cuerpo cuando se va calentando poco a poco y que trasladamos a los demás, es definida por Migue como estado de shock. En ese estado deben encontrarse mis pies, menos mal que vamos a dar un paseo hasta donde podamos. Andamos mientras la arena pica en las piernas por culpa del levante que ha saltado esta mañana (Cádiz y sus dos mares, la mare que parió al poniente y la mare que parió al levante) pero al llegar a la punta tenemos que darnos la vuelta porque la marea esta alta y no se puede pasar hasta la playa de las cortinas. Otra vez será, porque volver volveremos y espero que pronto. De vuelta a los apartamentos, por la playa soy consciente de que alguna cosa buena tiene vivir en este feudo sureño y de que quizás, lo del cambio climático no sea tan malo como lo pintan…

venerdì, gennaio 18, 2008

y este fin de semana...

...este fin de semana playa, a pesar de que no sea como esta aquí porque es invierno. Playa por fin, por fin una promesa cumplida.
Te lo debia. En unas horas, estaremos allí...