Manuela debe andar alrededor de los sesenta. La conozco desde hace muchos años, sobre todo porque en Feria, es la que controla el baño de la caseta, limpiándolo de vez en cuando y reponiendo el papel higiénico cuando se acaba. Este año me di cuenta que de toda la gente que entra y sale de los baños, mi familia es la única que le pregunta como está y si necesita algo. Ella te lo agradece con la mayor de las sonrisas y mucho cariño.
Vive en una casa pequeñita que sus padres le compraron a su marido y a ella, aunque están separados, pero como este no tiene donde ir, sigue allí. También vive con ellos uno de sus nietos con su mujer y algún bisnieto.
Además de limpiar en alguna que otra casa, le limpia a Mento la peluquera, pero en vez de cobrarle dinero, Mento la peina todas las semanas y le pone el tinte de vez en cuando. Así uno puede ver a Manuela un día, todas vestida de rosa, con unas gafas de pasta rosa y el pelo a juego, al más puro estilo de una de las que salía en Grease. También algunas veces va a casa de Pepe y le hace las faenas. Dicen que Manuela y Pepe están liados. Pero ella es libre, a pesar de su marido, y lo mismo se la ve con Pepe que con algún otro. Incluso hay algunos que dicen se prostituyo, pero eso a muchos no nos importa, aunque habrá algunos a los que por desgracia si.
Últimamente se la suele ver de un lado a otro sorteando espárragos o lo que pilla. Vendiendo papeletas de esas que son cartas o números que tienen que coincidir con el del sorteo de la ONCE. Y cuando te ve, además de decirte a voces que le compres un número te planta dos besos muy sonoros que te dejan un poco colorao.
El domingo se vino para trabajar en la matanza, fregando cacharros, abriendo botellines... No se quien la convenció para cantar, y desde la barra, haciendo silencio previamente, entonó una canción que hablaba de una mujer de mala vida, de una mujer abandonada pero enamorada, y que hizo que se me saltaran las lagrimas. Porque uno, con los muchos personajes que hacen papeles de reparto en nuestras vidas, se vuelve muy tierno.
Vive en una casa pequeñita que sus padres le compraron a su marido y a ella, aunque están separados, pero como este no tiene donde ir, sigue allí. También vive con ellos uno de sus nietos con su mujer y algún bisnieto.
Además de limpiar en alguna que otra casa, le limpia a Mento la peluquera, pero en vez de cobrarle dinero, Mento la peina todas las semanas y le pone el tinte de vez en cuando. Así uno puede ver a Manuela un día, todas vestida de rosa, con unas gafas de pasta rosa y el pelo a juego, al más puro estilo de una de las que salía en Grease. También algunas veces va a casa de Pepe y le hace las faenas. Dicen que Manuela y Pepe están liados. Pero ella es libre, a pesar de su marido, y lo mismo se la ve con Pepe que con algún otro. Incluso hay algunos que dicen se prostituyo, pero eso a muchos no nos importa, aunque habrá algunos a los que por desgracia si.
Últimamente se la suele ver de un lado a otro sorteando espárragos o lo que pilla. Vendiendo papeletas de esas que son cartas o números que tienen que coincidir con el del sorteo de la ONCE. Y cuando te ve, además de decirte a voces que le compres un número te planta dos besos muy sonoros que te dejan un poco colorao.
El domingo se vino para trabajar en la matanza, fregando cacharros, abriendo botellines... No se quien la convenció para cantar, y desde la barra, haciendo silencio previamente, entonó una canción que hablaba de una mujer de mala vida, de una mujer abandonada pero enamorada, y que hizo que se me saltaran las lagrimas. Porque uno, con los muchos personajes que hacen papeles de reparto en nuestras vidas, se vuelve muy tierno.