venerdì, settembre 30, 2005

normalización

Día siguiente al día de mi cumpleaños. Mi mejor amiga recién llegada de una estancia en el extranjero de cuatro meses. Amigos desde siempre. Fotos juntos hasta sin andar ninguno de los dos. Salíamos del supermercado, ella con una bolsa con tinto, refresco de limón y bolsas de hielo; yo con dos packs de seis litronas (cruzcampo) uno debajo de cada brazo. A punto de cruzar la calle:

Yo (cogiendo aire, respirando hondo): B, yo te tengo que decir una cosa.
B: ¿Qué?
Yo: Que me parezco a ti más de lo que tu te crees (Aclaración: ella es lesbiana).
B: ¡Ay! Jajaja. No me lo puedo creer.

Miradas de complicidad, risas. Un ‘yo pensé que no lo eras porque como nunca me lo habías contado’. Un resumen de mi vida homosexual, ligerito. Más risas, más miradas de complicidad. Una noche loca por la Alameda y la Alfalfa. Una pasada por ‘El Bosque’ para ir al baño, que se alargó con una cerveza en la barra para enseñarle a cierta persona.

Desde entonces: secretitos en reunión (aunque sean de mala educación), mil y un temas de los que hablar (y que no se acaban nunca), muchas barbaridades que soltar por la boca, algunas confesiones de borracho, muchos: Mira aquel, que guapo… Mucha liberación (y contándoselo solo a una persona).

Pues si, lo sabían mi hermano y mi mejor amigo, pero ella no. Cosas de la vida, o cosas mías, que a veces ni me entiendo ni nada. Ahora además de ella, lo saben tres amigas más. Y no recuerdo (ya sabéis porque), pero creo que también nos confesamos los dos a otra persona. Poco a poco…

venerdì, settembre 23, 2005

guapo


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Y eso que me lo estan echando a perder, intentando que se parezca a Hugo...

mercoledì, settembre 21, 2005

artículo 32

1. El hombre y la mujer tienen derecho a contraer matrimonio con plena igualdad jurídica.

2. La ley regulará las formas de matrimonio, la edad y capacidad para contraerlo, los derechos y deberes de los cónyuges, las causas de separación y disolución y sus efectos.

martedì, settembre 20, 2005


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soledad

La soledad, que nos araña por dentro mientras que por fuera no se nos nota nada. Esta ahí, acechando entre las sabanas frías de la cama vacía, en el móvil donde nadie manda mensajes y en el espejo por las mañanas. Nos visita cada equis tiempo, como uno de esos parientes que siempre viene en el momento menos oportuno, helandonos la sangre de las venas y haciendonos sentir el pecho como si lo apretaran fuerte, como si intentaran sacarle el poco jugo que le queda al corazón. La que nos pone brillo en los ojos y a algunos nos pone de mala leche con el resto del mundo. Que nos da ganas de sentarnos a respirar hondo en la oscuridad, mirando al cielo oscuro y con el ruido de la ciudad de fondo. La soledad enfrentada a la necesidad de estar solos, a la necesidad de nuestro espacio. La soledad aun cuando estamos rodeados de gente. La soledad que nos recorre a la mayoría de los que deambulamos por aquí, como almas en pena. El mal de la sociedad de la comunicación. La soledad, que nos lleva a hacer y decir cosas bellas.

giovedì, settembre 08, 2005

contacto con tacto

Después de realizar la preinscripción en un cursillo acelerado de besos de tornillo que me habían ofrecido por internet, me comunicaron, vía móvil, que había sido admitido, y que además, mis estudios serian becados.
He recibido la primera lección, y también he realizado el primer examen, sorpresa claro. Mi maestro de besos de tornillo, me ha puesto un 6’8, que la verdad, para ser mi primer examen de besos de tornillo, está bastante bien. Él me dice que puedo llegar al sobresaliente. Yo no tengo prisas, si tengo que repetir curso, lo haré encantado. Porque mi maestro de besos es el mejor.
Mi maestro es un poco más bajo que yo, pero no mucho. Tiene unos ojos increíbles, verdes, y grandes que miran tras unas gafas azules; el pelo largo y una sonrisa que le ilumina la cara. Mi maestro está delgado, y aunque no tiene los abdominales marcados, a veces se le marcan, pero me voy a callar cuando. Mi maestro de besos es de lengua inquieta y fuma. Mi maestro, solo se dedica a esto por amor al arte. Temporalmente es cocinero, pero en realidad es profesor de francés (del idioma, no seáis mal pensados). A mi maestro le encantan la horchata y la comida exótica: los burritos, el shushi… y no le gustan ni el gazpacho ni la mayonesa (en grandes cantidades), ni las orejas de cerdo. Mi maestro duerme en pelotas, aunque ahora tiene el sueño trastornado. Mi maestro, de vez en cuando, te guiña el ojo, sonriendo y con mirada lasciva. Mi maestro es un encantador de serpientes. Mi maestro no tiene vergüenza, y la poca que me queda la hace desaparecer. Ni mi maestro ni yo sabemos cuando será la próxima lección, pero yo la espero con la boca preparada…

sabato, settembre 03, 2005

los tios que me tiran los tejos III

Llegas a una facultad nueva, en una ciudad nueva, en un país nuevo y con un idioma en el que solo sabes decir: ciao; mi chiamo... ; buongiorno, buonasera, buonanotte y Scusi, come posso arrivare a... Evidentemente, el lugar al que uno primero se dirige de la facultad es a la delegación de alumnos, donde por fortuna hay un chico que habla español (aun no sabemos porque). Allí en delegación, conoces a otro chico, alto, fuerte, guapo, simpático... y que cuando te vas, te guiña un ojo. Y te vas más contento que unas castañuelas, con una sonrisa de oreja a oreja; aun sabiendo que cuando te ha guiñado el ojo era porque cuando se despide lo guiña, diciendo un ciao que te deja paralizado. Entonces es cuando le comentas a tus dos amigos (un chico gay y una chica) que te ha guiñado el ojo, y ellos empiezan a decir eso de: vaya mierda, porque no nos guiña el ojo a nosotros, que a ti los tíos no te gustan (que va que va), nos podría tirar los tejos a nosotros, bla bla bla... Les sigues poniendo los dientes largos, cuando ellos se dan cuenta de que si, de que me guiña el ojo. Y un día, te lo cruzas por la escalera de la facultad y te dice un: ciao bello. Algún día en el que estas bajo de animo, té pasas por delegación, solo para que el tío este te guiñe el ojo. Y decides contarle la verdad a tus amigos, y se parten de risa. Hablando y preguntando por ahí, té enteras de que tiene dos años menos que tu aunque parezca que tiene uno o dos mas y tiene novia, que es de Suecia, donde el estuvo de erasmus.Y un día a las tantas de la mañana, nos lo encontramos en el autobús nocturno que va para nuestra casa, porque de casualidad vive cerca de nosotros. Conocemos a su hermana y a su novia, y nos cogemos un cabreo mortal porque la novia no vale un duro y es un desperdicio que el tío ese no estuviera con ninguno de nosotros...

giovedì, settembre 01, 2005

veinticinco

Pues llegó el día, no es que lo esperara con demasiada expectación, pero… ya esta aquí. Hace veinticinco añitos, en Sevilla capital, nacía servidor, después de estar mi madre esperando muchas horas a que su médico volviera de vacaciones y terminar con una cesárea.
Han sido veinticinco años, de los que la verdad no tengo quejas, sobre todo los primeros, que casi no me acuerdo porque era muy pequeño…y los últimos también bastante buenos y de los que en parte no me acuerdo por mi afición reconocida a la bebida. Entre medio, años de colegio, veranos en el campo, días de playa, y el descubrimiento de muchas cosas, que ya os iré desvelando poco a poco.
Por mi veinticinco cumpleaños, ayer recibí un regalo de Mirador, muchas gracias otra vez. Salí por Sevilla y lo pase en grande, y vi a mi camarero favorito, que me saludo. Y… y ahora me ha llamado mi jefe, y empiezo a trabajar esta tarde. Que puntería que tiene.
¡Besos a todos! Y muchas gracias por estar ahí.