Después de leer cierto articulo de opinión en el blog de Isma, me pongo de mala leche y dudo si escribir o no a la “señora” que opina (sin pensar claro) y ponerme a la misma altura. Y como dudo, pienso y existo, decido ponerla por aquí, para que me deis la opinión y me aconsejéis. Y si es posible, meterle alguna cosita más, que lo será. En fin. Espero vuestros comentarios. Al menos nos reiremos poniéndola ‘de grana y oro’.
Buenos días:
Que la libertad de opinión existe es algo medianamente discutible. Que usted hace uso de ella, es algo más que claro. Y porque medio existe esa libertad de expresión, en las mesas de un bar, con mollete de Antequera o de Marchena, con zurrapilla de lomo o con manteca colorá, un tío puede besar o acariciar a otro tío y dos tías pueden pasear con las manos cogidas si quieren. Si, por mucho asco que le de. Pueden hacerlo. Igual que en la puerta de su casa o en la puerta del colegio de sus hijos. Y si no le gusta, se queda usted en su casa, viviendo en esa realidad paralela en la que lo que no es mayoritario es raro, anormal o inmoral y en la que lo común es normal.
Porque tenemos no más, si no los mismos derechos que los demás. Somos personas, como usted. Bueno no, como usted no, quizás usted no se merezca el calificativo persona; sino que tenemos mucha más clase, respeto y dignidad que usted. Y si a alguno le da por disfrazarse de monja, pues se jode. Y si le da por joder con disfraz de monja, se jode también. Porque si usted, con su lengua de beata, puede proferir todos esos insultos a los maricones y las lesbianas, a las maricas y las bolleras, a los homosexuales y las lesbicas y a los sarasas y las camioneras... los demás, afortunadamente y por lo visto para su desgracia, pueden hacer todas esas cosas que a usted le hacen vomitar el mollete (y no atragantarse).
Sin ser filólogo, le diré que el homo de la palabra homosexual, no viene de hombre, si no de igual. Y por lo tanto el homo de la palabra homofobia, viene del mismo igual. Primero se informa usted y luego habla. Eso no quiere decir, que se tenga que tener una experiencia lesbica o comer un coño para poder hablar de homosexualidad. Gracias a Dios, porque si no... Otro gallo cantaría.
Y le digo todo esto, a pesar de caer en la expresión soez, burda y vulgar... Entrando en su juego. Pero puedo hacerlo. Eso y más cosas que no especifico para que no eche las asaduras por la boca. Que no es plan de que la tengan que ingresar por deshidratación ¿o si?
La pena que me da usted, no es nada comparando con la que siento por sus hijos o por la que siento porque usted no sea la única persona que piensa (por llamarlo de alguna manera) así.
Le iba a desear a usted un hijo maricón, pero eso seria desearle la desgracia más grande a una persona: su hijo. Que no sabría donde acudir ni como hacer... o quizás huiría, que es lo mejor que debería hacer cualquier persona con dos luces que la tenga al lado.
Muy atentamente, Luigi. Un maricón de Sevilla.
Buenos días:
Que la libertad de opinión existe es algo medianamente discutible. Que usted hace uso de ella, es algo más que claro. Y porque medio existe esa libertad de expresión, en las mesas de un bar, con mollete de Antequera o de Marchena, con zurrapilla de lomo o con manteca colorá, un tío puede besar o acariciar a otro tío y dos tías pueden pasear con las manos cogidas si quieren. Si, por mucho asco que le de. Pueden hacerlo. Igual que en la puerta de su casa o en la puerta del colegio de sus hijos. Y si no le gusta, se queda usted en su casa, viviendo en esa realidad paralela en la que lo que no es mayoritario es raro, anormal o inmoral y en la que lo común es normal.
Porque tenemos no más, si no los mismos derechos que los demás. Somos personas, como usted. Bueno no, como usted no, quizás usted no se merezca el calificativo persona; sino que tenemos mucha más clase, respeto y dignidad que usted. Y si a alguno le da por disfrazarse de monja, pues se jode. Y si le da por joder con disfraz de monja, se jode también. Porque si usted, con su lengua de beata, puede proferir todos esos insultos a los maricones y las lesbianas, a las maricas y las bolleras, a los homosexuales y las lesbicas y a los sarasas y las camioneras... los demás, afortunadamente y por lo visto para su desgracia, pueden hacer todas esas cosas que a usted le hacen vomitar el mollete (y no atragantarse).
Sin ser filólogo, le diré que el homo de la palabra homosexual, no viene de hombre, si no de igual. Y por lo tanto el homo de la palabra homofobia, viene del mismo igual. Primero se informa usted y luego habla. Eso no quiere decir, que se tenga que tener una experiencia lesbica o comer un coño para poder hablar de homosexualidad. Gracias a Dios, porque si no... Otro gallo cantaría.
Y le digo todo esto, a pesar de caer en la expresión soez, burda y vulgar... Entrando en su juego. Pero puedo hacerlo. Eso y más cosas que no especifico para que no eche las asaduras por la boca. Que no es plan de que la tengan que ingresar por deshidratación ¿o si?
La pena que me da usted, no es nada comparando con la que siento por sus hijos o por la que siento porque usted no sea la única persona que piensa (por llamarlo de alguna manera) así.
Le iba a desear a usted un hijo maricón, pero eso seria desearle la desgracia más grande a una persona: su hijo. Que no sabría donde acudir ni como hacer... o quizás huiría, que es lo mejor que debería hacer cualquier persona con dos luces que la tenga al lado.
Muy atentamente, Luigi. Un maricón de Sevilla.
7 commenti:
MANDALA!!! YA TE LO HE DICHO POR CORREO ELECTROGENO (COMO DICE EL HERRERA)
Ya sabes lo que opino ;). Mándala, e todas formas no creo que sea la única ni la más "fuerte" que le envíen ajjaja.
"qué heavy eres, Juana..."
En fin, lo peor de todo es que esta tipa es así, y ni buenas formas, ni argumentos razonables (ni incluso acorazados), ni ponerse a su altura, podrán hacerla cambiar de opinión. Ese es el oscuro poder de la homofobia.
Mándala si te vas a quedar más tranquilo, pero no porque ella vaya a darse cuenta de su "barbaridad". Al final me da pena (en el sentido despreciable de la palabra, me temo) porque la pobre debe sufrir un montón (imagina en ceuta, con tanto moro suelto, jejeje). Así que déjala, que no consiga trasladarnos NADA de ese sufrimiento que tiene a nosotros al leerla a ella. A esta gente cuanto menos publicidad, mejor... Siempre habrá gente así. Afortunadamente "los otros" son más (y mejores)
Besos, yo me apunto a la besada (a eso sí, claro)
Luigi for president!!!
Y que digno te ha quedado eso de "Luigi, un maricón de Sevilla"... casi se me cae la sonda y to!!!
No me entra en la cabeza que haya gente así... es increíble!!
Un besazo precioso!!
Tiene mucha gracia esa parte en la que le deseas un hijo maricón... En medio del horror, me hizo reír.
No te enfades, hombre! No hacerles ni caso es lo que más les puede joder. Al fin y al cabo, tenemos todos los mismos derechos y eso es lo que más les duele. No son dignos de enfados sino de risa.
El otro día me pasé por la puerta del famoso bar donde se agrede a maricones por el módico precio de un café y estaba cerrado. Otro día pasaré para hacerle una foto y colgarla en el blog.
EL bar del terror! UUUUUUUU! Jajaja.
Anda y que se jodan!
Besotes.
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