Sabe que llegara una ola que se lo llevara de nuevo, que lo volverá a sumergir en el ir y venir de las olas de su mente. A ratos lo llevaran a las profundidades, donde el aire le falta, donde no hay mas que oscuridad; y solo de vez en cuando lo dejaran asomar la cabeza, para coger un poco de aire, para no dejarlo morir del todo.
Pero ahora esta en la orilla, tirado sobre el ultimo agua que las olas dejan en la arena, con la respiración agitada por el bregar, por el cansancio que le producen los vaivenes de los días en la mar agitada.
Aunque le gustaría salir del todo del agua, secarse con una toalla y tomar un poco el sol con la tranquilidad con que lo hacen los demás; sabe que no puede. Sabe que solo él puede arrastrarlo hasta la arena firme y seca, esa que no se hunde bajo sus pies dejando huella, donde el embate de mar solo llega algunos días de tempestad en invierno.
Y es él también el único que puede echar sus redes al mar, y con sus buenas artes de pesca, rescatarlo de las garras de espuma que no lo dejan respirar.
Así que sigue allí, tumbado en la arena. Siempre entre dos realidades, entre esos dos elementos que solo se unen en esa franja sucia y húmeda que queda cuando baja la marea. Donde se encuentran las cosas más insospechadas y sorprendentes a las que cada uno es capaz de darle un valor. Donde se encuentra tirado él, esperando que alguien le de algo mas de sentido a todo lo que le rodea, algo más de sentido a su vida.
Pero ahora esta en la orilla, tirado sobre el ultimo agua que las olas dejan en la arena, con la respiración agitada por el bregar, por el cansancio que le producen los vaivenes de los días en la mar agitada.
Aunque le gustaría salir del todo del agua, secarse con una toalla y tomar un poco el sol con la tranquilidad con que lo hacen los demás; sabe que no puede. Sabe que solo él puede arrastrarlo hasta la arena firme y seca, esa que no se hunde bajo sus pies dejando huella, donde el embate de mar solo llega algunos días de tempestad en invierno.
Y es él también el único que puede echar sus redes al mar, y con sus buenas artes de pesca, rescatarlo de las garras de espuma que no lo dejan respirar.
Así que sigue allí, tumbado en la arena. Siempre entre dos realidades, entre esos dos elementos que solo se unen en esa franja sucia y húmeda que queda cuando baja la marea. Donde se encuentran las cosas más insospechadas y sorprendentes a las que cada uno es capaz de darle un valor. Donde se encuentra tirado él, esperando que alguien le de algo mas de sentido a todo lo que le rodea, algo más de sentido a su vida.
7 commenti:
Sirenas en la orilla. Sirenas en busca de identidad. Sirenas en el limbo, en el márgen.
Pero es que también es bello vivir entre dos mundos. Nada es eterno: ni la felicidad, ni le melancolía. Todos somos diferentes, aunque nos cueste reconocerlo. Ser consciente de la diferencia y asumirla frente (incluso) al rechazo de los otros no es fácil. Siempre nos produce deseo contemplar a los demas en su aparente clama y tranquilidad, en su aparente felicidad... En el fondo, todos llevamos alguna orilla incrustada en el fondo de la existencia, ese margen, entre lo admitido y lo extraño, clavado en las manos, en la piel, en la mirada. Pero vivimos entre máscaras y silbamos canciones alegres. También eso es vivir. Ante todo, pequeño (y ya gran) amigo... sé tu mismo. Es como siempre estarás más guapo. Sí, aún más.
Besos.
Y un día aprenderá que puede salir solo del espacio intermareal, que puede pisar arena, que hace temblar las montañas con la fuerza de su sonrisa y lanzará la rez y rescatará de las profundidades a su Antinoo, tantos siglos ahogado, esperando una red de amor que lo rescate.
Que bonito final!!! ;)
Mientras no se convierta en un grano de arena esperando...
No sé, creo que al final no voy a ir, no tengo cuerpo, ni ganas de hacer nada de nada.
Besitos wapo!!!!!
DIsfruta de los días
A veces, ese lugar intermedio, donde un día te llega la ola y al siguiente te abrasa el sol es doloroso... Te reseca por dentro, te estropea porque ahonda tus arrugas y cicatrices.
Si llegas al lugar, ése intermedio, sano, fuerte, sin heridas y arrugas q marcar, disfrutarás de la locura del mar, de que un día llegue y al siguiente no, de que te tueste el sol mientras te mojas los pies...
Cierto es que ahora que estoy ahí no lo deseo. El lugar intermedio me mata un poco cada día. Disfruto del sol cuando viene pero cuando no lo hace me siento abandonada. O desolada.
El día hoy es gris.Frío. Invita a recordar cuándo fui querida, por qué me quisieron. Preguntarme si me queda aquello bueno que vio en mí.Preguntarme si alguien más lo tocará. Cómo sus manos suaves...como uva madura.
Siempre mejor en la orillita con el agua solo bajo tu cuerpo,que en las profundidades esperando a ese pescador que eche las redes y te saque...al menos en la orilla te meces con la seguridad de que no te ahogarás,al menos del todo.
Y las olas te despertarán en cada ir y venir para recordarte lo importante que es ser consciente de en que parte se está en cada momento y asi,de este modo,poder elegir si moverte o quedarte.
Cuanto me ha gustado.Eres un sol gigante,que da el calor necesario en cada momento...como el pescador que te rescata cuando ya crees q t ahogas :))))
besos,azules.
No hay duda de que es bello vivir, no siempre donde sea, pero si que es bello y es lo que hay que hacer al fin y al cabo. Los demás me dan un poco de envidia, pero solo un poco y en algunos aspectos. Al fin y al cabo ellos no estan libres de sus problemas y zaleos, no esta libre ninguno... Pasalo bien y ya hablamos a la vuelta lindo...
Mikgel, no es que no haya intentado pescar, pero siempre que lo intenta, siempre que termina intentando rescatar a alguien... se termina cayendo al agua y lo que queria pescar se escapa...
Nat, ¡guapa! ya vendras otra vez, no te preocupes. Y de grano de arena nada, aunque eso no quita que haga una montaña de uno... jajaja.
Stufa de gas, acostumbrarse es tan malo como esperar a que alguien aparezca... Que cosas digo a los demás y no me digo a mi mismo, jejeje. Hay que disfrutar siempre del momento y cuando se esta triste, ser conscientes de que todo pasa. Antes o despues, pero todo pasa...
Besos a todos.
Cuando el oleaje me abofetea con más violencia de la que me apetece soportar, me meto en mi botella, pongo el tapón, y espero pacientemente a que alguien me encuentre algún día, como si de un mensaje se tratara.
Besos en plan tsunami!
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