Carmela y Luís han llegado esta mañana nublada del mes de febrero para formar parte del vagón de cola de este tren de locos que un día Tato y Conchita decidieron formar. Más que llegar los han traído, una abertura en su calido nido ha bastado para que empezaran a contar sus días. Entre las histerias de mis tías las mellis y la tranquilidad de mi tío el chico y de mi abuela, hemos pasado de ser veintiuno a veintitrés primos sin dejar de ser una exageración. Pero que más da el número cuando sabes que siempre hay alguien para lo que necesites. Con ello cuentan estos dos pequeños que se han convertido desde hoy en nuestros ojitos derechos.
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6 commenti:
y tú siempre encontrando las palabras más tiernas para decirlo...
Muchos besos, qué abandonados estamos...
Como era la película...
La familia y dos más???
JAJAJAJA
Pues espero que con esa nueva generación vangan muchas más.
Un besazo TITO LUIGI!!!
Qué habría sido de mi infancia sin haber estado rodeado de tantos primos... Qué bonito que les dediques esto.
Besos.
Esa loca familia que algún día me aprenderé, ese árbol genealógico con las ramas a punto de quebrarse colmadas de gentes y gentecillas.
Me encanta oirte hablar (escribir) de tu familia, me gusta la pasión con la que hablas de los tuyos y las historias, todas esas historias, que hay detras y que voy a disfrutar.
Uy uy! Ya te veo chocho on la bab caída delante de esas ricurillas!
Disfrútalos! Verás que dentro de un momento no hablais de otra cosa.
Besos.
interesante tu rincon
un abrazo..
y mucha paz-ciencia..!
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