martedì, aprile 24, 2007

me conformo... a veces...

Me conformo con que escriba las q como q y no como k. Y con que no masque chicle como una chabacana barriobajera cualquiera. Los hay que los esperan con estudios superiores. Yo pido que sea mono de cara, y que no tenga los dientes cada uno para un lado; esto es algo que pedimos siempre los que hemos estado con ortodoncia mucho tiempo. Que sea limpio, como dicen las viejas en el programa de Juan y Medio. Me da igual si es pasivo o activo, y no precisamente porque yo sea versátil, sino porque he llegado a un punto en el que eso me da lo mismo. Un poco inteligente si por favor, que no sea simple, que tenga conversación. Puesto a pedir, lo querría con buen cuerpo, pero tampoco es algo que sea indispensable. Eso si, tiene que beber; jamás podría tener un novio abstemio. Y gustarle mucho la calle; sino seriamos sencilla o complejamente incompatibles.
Y ante esto, preguntas. ¿Pido mucho o demasiado? ¿Me conformo con poco? A la primera, depende de cómo se mire. A la segunda decididamente no.
Y ante esto, esa frase que suele decirse en estos casos: Cállate que todo cae encima. Y mi respuesta: Pues que caiga ya.


mercoledì, aprile 18, 2007

puedo, puede, puedes, no puedo... o no quiero

Puedo...

...tratar de olvidarte. Intentar huir, después de todo, después de tanto. Ir al supermercado y llenar una cesta de todas las cosas que se comen cuando uno se pone un poco triste. Hacer oídos sordos, no seguir el sendero de migas que me dejas sin darte cuenta y perderme por el bosque en busca de nuevas aventuras. No temo a los lestrigones ni a los cíclopes ni al fiero Poseidón. Llenar mi tiempo de todas las actividades, de todas las ocupaciones. Puedo beber hasta perder el conocimiento y el control. Dormir en otras camas, con otros cuerpos. Pero al día siguiente sigues estando ahí, en mi cabeza, junto con la resaca. No puedo olvidarte. Tu lo sabes. Y yo también lo se. No me engañes.


¿Puedo?

¿Es políticamente correcto? ¿Está bien visto atiborrarse de todas esas porquerias que se compran los dias que uno quiere olvidar? No hablo de los helados de chocolate que nos muestran algunas series ñoñas. Hablo de patatas fritas, de aceitunas, galletas saladas, trozos de queso, galletas de chocolate, roscos y algun fiambre... De todo un poco o de todo un mucho, pero todo mezclado, para intentar matar cierto ansia que viene de visita de vez en cuando. Esos días de primavera ya tontos de por si en los que te ataca el desengaño de los amores cojos. Incluso cabe la posibilidad de beber solo en casa, una cerveza, dos... una litrona yo solo. ¿Esta bien visto? ¿O solo el helado de chocolate entra dentro del glamour que la sociedad nos presupone a muchos gays?

Pueden

Me pueden robar el cuadro del manillar de la moto. Me pueden robar si quieren la moto entera. Jode, claro está. Pero jode más cuando es en una bocacalle de Plaza Nueva. Seguramente una de las zonas más transitadas de Sevilla. Y te cabreas cuando vienes de tomar algo en el Salvador, donde la policía estuvo parada cerca de veinte minutos, intentando intimidar a quienes bebían cervezas sentados en los escalones de la iglesia, como si no tuvieran nada más que hacer. Pero claro, que la gente beba o no beba en la calle, haga o no haga botellón es un problema mucho más importante que el que uno no pueda dejar la moto en una de las principales plazas de la ciudad sin encontrarse solo la mitad. Donde irá a parar.

sabato, aprile 14, 2007

mercoledì, aprile 11, 2007

un día es un día

Dicen que nunca llueve a gusto de todos, pero hay días en los que la cantidad de lluvia que algunos necesitamos o que podemos soportar es la exacta. Te levantas cansado y exhausto, aun con el último suspiro entre los dientes, pero a la vez sonriente y feliz. Y es que hay días rarísimos en los que uno siente que las cosas están bien así. Que el equilibrio conseguido con el tiempo es más que correcto y que no hay necesidad de ir dando pasos en falso para perderlo, y mucho menos pasos atrás, pues ni retirarse ni probar tácticas que otras veces fallaron parecen ser las mejores opciones. Lo único que me preocupa de estos días es lo escasos que son, pero siempre disfrutándolos lo máximo posible.

martedì, aprile 10, 2007

pincelada

Estrasburgo. Cuarta planta de un piso en la Grand Rue. Fiesta temática de personajes de Walt Disney, llena de franceses, y solo algunos españoles. Un aseo en la entrada y en el baño, rebosando de gente, la bañera llena de agua, hielo y un montón de bebidas. Un tío vestido de Tarzán solo con un taparrabos. Un francés muy guapo que me para hablándome en español, porque había estado de Erasmus en Barcelona y con el que estuve de charla un montón de tiempo. Su amigo que estuvo en Florencia, con el que estuve hablando en italiano. Un tío que debía ser de origen argelino, con un turbante, que se estaba liando con una chica con un traje de princesa rojo; a la que Laura la amiga de mi hermano le tradujo que yo decía que se llevaba al mejor de la fiesta y la cara rara con la que se me quedo mirando ella. Pero lo mejor sin duda, el cuarto tío más bueno que había y que hablaba un poco de español, muy muy poco, y que a algo que yo le dije salio con un: ‘muy bueno’ al que respondí ante la mirada atónita de Laura con un: ‘más bueno estas tú’ que no entendió o que no quiso entender. Lo demás, lo dejo para vuestra imaginación...