No he vivido el tema en carne propia, pero si que lo he visto un poco en carnes ajenas. Hay ocasiones en las que para que una relación llegue a buen puerto, o al menos navegué de forma grata, hay que ir poniendo granitos de arena tanto de una parte como de la otra. Dejar de hacer ciertas cosas el uno, hacer ciertas cosas el otro y viceversa.
Hasta hace poco no me lo había planteado muy seriamente. Pero el hecho de ‘andar’ tras alguien que vive en otra ciudad me llevo a pensar en la posibilidad de transferirme, sin pedir nada a cambio, o más bien, pidiéndolo ‘todo’. De cambiar de entorno y de contorno, y abandonar la quizás demasiado apreciada y acomodada seguridad que tenemos por algo que no sabemos siquiera sin funcionará, dándole de lado al miedo a lo desconocido. Incluso de cambiar de país, de idioma, de cultura, costumbres y tradiciones.
A la vez, una de las cosas que tengo claras en esta vida, es que el que no arriesga, no gana. Aunque haya quien no juegue y no quiera ni ganar ni perder, el que no se arriesga a jugar, ni gana ni pierde. Y así hay cosas que si al final salen mal, al menos vale la pena haberlas vivido; casi siempre el camino es más importante que la mete fijada.
Se entra en una especie de juego de confianzas, un poco ciegas unas, con algo más de visión otras, en las que uno da de casi todo lo que tiene, arriesgándose a que quizás el otro no le dé de lo que uno necesita. Pero eso varía de persona en persona, dependiendo de necesidades, escalas de valores…Pero yo iba a formular una pregunta, que quizás muchos ya os hayáis planteado, y es que ¿hasta donde estariais dispuestos a llegar por otra persona?
Hasta hace poco no me lo había planteado muy seriamente. Pero el hecho de ‘andar’ tras alguien que vive en otra ciudad me llevo a pensar en la posibilidad de transferirme, sin pedir nada a cambio, o más bien, pidiéndolo ‘todo’. De cambiar de entorno y de contorno, y abandonar la quizás demasiado apreciada y acomodada seguridad que tenemos por algo que no sabemos siquiera sin funcionará, dándole de lado al miedo a lo desconocido. Incluso de cambiar de país, de idioma, de cultura, costumbres y tradiciones.
A la vez, una de las cosas que tengo claras en esta vida, es que el que no arriesga, no gana. Aunque haya quien no juegue y no quiera ni ganar ni perder, el que no se arriesga a jugar, ni gana ni pierde. Y así hay cosas que si al final salen mal, al menos vale la pena haberlas vivido; casi siempre el camino es más importante que la mete fijada.
Se entra en una especie de juego de confianzas, un poco ciegas unas, con algo más de visión otras, en las que uno da de casi todo lo que tiene, arriesgándose a que quizás el otro no le dé de lo que uno necesita. Pero eso varía de persona en persona, dependiendo de necesidades, escalas de valores…Pero yo iba a formular una pregunta, que quizás muchos ya os hayáis planteado, y es que ¿hasta donde estariais dispuestos a llegar por otra persona?
12 commenti:
Perdón por el abandono, pero la tormenta que ha dejado paso a la calma, se ha empleado demasiado a fondo, y ademas de relajar a mi corazón, a dejado un poco dormidas a mi mente con su inspiración y a mis siempre eternas ganas de sexo.
Por eso no comento, pero si que más o menos intento seguiros.
Espero estar de vuelta al cien por cien pronto, y sin la apatia esta que me deja más tirado que de pie.
Si alguien me necesita sabe donde encontrarme.
Un beso por todo y mil gracias por estar ahi. :D
Mira Luigi, tu post de hoy refleja la lucha, al menos teorica, que nos hemos planteado todos alguna vez, al igual que tu pregunta final, y a este respecto yo he llegado a la conclusión que es una pregunta irrealizable realmente, bueno o mejor dicho incontestable, ya que en frío e intelectualmente seguro que la contestación sería "TODO", pero la realidad seguro que pondria una serie de condicionantes a veces insalvables o por el contrario te llevaria a tomar decisiones que ni tu mismo creerias posibles... Como en todo, y como tu dices, hay que recorrer el camino y al final, si quieres, hacer balance y ver de lo que uno ha sido capaz.
Lo importante de este juego si es participar, te lo dice un "ludopata" irredento que siempre echa el resto en sus apuestas, ya que aunque solo te toque el reintegro es grato, asi que imagina si un día haces pleno...
Venga niño un beso fuerte.
La respuesta depende siempre de las circunstancias. Yo hace unos años habría respondido sin duda alguna que estaría dispuesto a darlo todo, a llegar al final de los finales del abismo del juicio final. Pero eso era porque no arriesgaba, porque no tenía nada que perder. Pero ahora mismo no sé qué responder. Si confío en alguien y me compensa más lo que me ofrece que lo que tengo arriesgaría, pero arrisgar por arriesgar ya no. Porque tampoco es cierto que quien no arriesga no gana. Hay quien no arriesga y se ecuentra ganador sin pretenderlo y quien lo apuesta todo y lo pierde. Y tampoco ganar es lo importante. Hay victorias aparentes que son en realidad derrotas y hay gente a quienes su derrota les muestra el camino de la paz. Joder cómo estoy hoy de relativista. Vive. No hay otra respuesta.
Luigi, querido Luigi... Me he visto en mi vida (aunque no lo parezca por mi tono calmado la mayoría de las veces) en situaciones de decisión de muchas clases... Y más que de nada depende de la persona y de la relación... Yo me hubiera ido al fin del mundo en algunas ocasiones... Y no lo hice. No me arrepiento. Otras, que todo parecía decir que debía hacerlo, no lo hice. Tampoco me arrepiento. Tengo una relación que se ha mentenido como el primer día durante 4 años a más de 500 Km de distancia. Y ahora estoy con él, auqnue el que ha tenido que dejarlo todo es él (porque era el que más podía y además formaba parte de su "cambio" personal también...) QUé quieres que te diga. Que lo que hagas siemrpe está bien, porque lo ma´s importante de todo es no tener que vivr la vida pensando que en cierto momento debimos hacer estoo lo otro... Sé tú y sigue tu instinto. De todas formas, si eres inteligente y de lo poco que te conozco, sé que lo eres, cuando la decisión sea dejarlo todo (sé que era eso loque en realidad querías preguntar) creo que uno no lo decide, se decide solo, porque todo tucuerpo, todo tu ser, toma la decisión. Cuando sólo la toma el corazón, cuando sólo la toma la razón...mmmmm, ahí me da más miedo.
¿te he contestado, guapo???
Besos, muchos besos... CUándo vienes a verme, nene, y lo charlamos todo tranquilamente... con unas cervecitas en Casa Sierra,,,
Pues sí, creo que depende de las circunstancias de cada uno.
Yo en este momento de mi vida en el que la meta fijada es acabar con todo lo que me ata donde estoy para poder irme a otro lugar y otra lengua y otra cultura y otras costumbres, estaría dispuesto a darme entero, a llegar adonde hiciera falta por esa persona pues ese cambio no sería un sacrificio sino un paso más por mis caminos blancos, un paso buscado y deseado.
Supongo que el verdadero dilema se plantea cuando uno se siente feliz y en equilibrio en un lugar y la otra persona aparece a kilómetros de distancia. Eso si que tiene que ser una putada. Pero una cosa sí que tengo clara, arriesgaría. Como ya le he dicho a alguien alguna vez, el arrepentimiento por lo que hicimos duele pero termina curándose y además nos enseña; el arrepentimiento por lo que no llegamos a hacer duele, no tiene cura y además nos expone al riesgo de idealizar lo que pudo haber sido y no fue que es de las peores enfermedades que se pueden sufrir.
COnclusión: la de siempre, al toro por los cuernos.
Besos guapo y vuelve lleno de energía.
Te han contestado todos muy bien, sobre todo Miguel y David.
¿Qué estaría dispuesto a hacer?. Pues, aún no me lo ha preguntado nadie, pero creo que sencillamente estaría dispuesto a hacer que no fuera necesario que me lo preguntaran, porque ya lo habria hecho.
La generosidad en la apuesta no está reñida con la prudencia. Al final, en una relación todo es un toma y daca, pero debe ser algo mutuo y progresivo: Una negociación contínua. Si lo damos todo desde el principio y a cambio de nada por la otra parte, nos estamos rindiendo -y el enemigo deja de valorarnos.
Todo es relativo. El único guía en la mayor parte de los casos es el corazón. A él hay que hacerle caso a la fuerza, si no, es de esos que te está protestando todo el día y preguntando "¿por qué no me hiciste caso?" y ya no digamos si un día se demuestra que tenía razón y le ignoraste....
Estoy de acuerdo con La Lechuga. Aunque algunas veces me gustaría ser de otra forma y pensar las cosas más fríamente, al final siempre me dejo llevar por el corazón. Unas veces me equivoco, otras no... pero nunca me arrepiento, cuando me he arrepentido alguna vez ha sido por no haber hecho algo por miedo. Creo que en la vida hay que arriesgar continuamente, para mí no tendría sentido de otra forma
¡Un besazo graaaaande mi niño!
¿Hasta dónde estaría la otra persona dispuesta a llegar por nosotros?
Yo soy de la Sociedad de amigos de los comentarios respondidos. ¿Y tú?
Jose Miguel, la cosa seria, cuando los condicionantes son salvables o al menos no excesivos. De ludopata a ludopata, mejor tomar ciertas decisiones en caliente, pues si no pierden el encanto con tanta reflexion.
Mikgelito, en todo eso no habia caido. Mil gracias por completar la reflexion.
Vulcano, no hay nostalgia peor, que añorar lo que nunca jamas sucedió, que dice Sabina en una de sus canciones. Y mira que es difícil no hacerlo, al menos para algunos. Y bueno, aunque todo te guie a tomar ciertas decisiones, siempre tenemos algun Pepito Grillo alrededor o algun envidioso tocapelotas, que nos pone los pies en su sitio, aunque sea a base de chocarnos con la realidad. Aun no se cuando voy. Pero ire, y en Casa Sierra agotaran existencias.
Pedro, ya he hablado de la frase de Sabina, y bueno, al toro siempre se le intenta coger por los cuernos, o en su defecto torearlo lo mejor posible, para salir a hombros con dos orejas y rabo. Volveré, espero que mejor.
Enis… más o menos si, consistiria en eso, en que habria que hacerlo antes, no esperar. Un beso que te tengo perdio.
Alfredo, es algo que algunos no pueden evitar, darlo todo, poner todas las cartas sobre la mesa y la carne en el asador, y evitar asi que dejen de valorarnos. Los hay sin remedio.
Lechuga, si es que es joio el corazón. A veces es un hijo de la graná y otras, muchas otras, es el que nos mueve. Como en ese anuncio tan cursi de cacharel. No suelo contestar porque siempre que lo voy a hacer tengo el post nuevo para poner y pienso que nadie vera las respuestas. ;)
Y Pipistrellina, una de mis almas gemelas. Y a mi me vas a contar… Y tampoco me arrepiento… No sirve casi nunca de nada.
Nat, ¡guapa! Yo hablaba de una entrega mas bien sin condiciones, se supone que nos damos sin nada a cambio.
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