lunedì, gennaio 16, 2006

Lola

Pasabas las horas sentada en aquella mecedora marrón, con una toquilla violeta echada por los hombros, que hacia contraste con tu pelo cano. Las manos siempre entrenidas, viendo las esquelas del ABC, haciendo ganchillo, cosiendo algo o sosteniendo los gemelos (prismáticos pequeños) con los que solías ver la tele (como te gustaban los toros). Siempre tenias al lado, aquel carrito (creo que se llama camarera) con el agua y un canasto de mimbre con tus cosas: gafas, agujas, tijeras, gemelos… y como te agarrabas a él o al bastón, cuando ibas de un lado a otro por tu casa, de la que no solías salir nunca (dignidad de señora de otros tiempos); por ejemplo para ir a ponerte colonia, siempre ‘gotas de oro’ en bote de cristal, en la puerta derecha del armario de tu dormitorio. Y luego un beso en la frente, de esos de abuela (bisabuela en este caso), que son varios seguidos, con mucho ruido. Contabas tantas historias, de tus padres, hermanos, amigos… de cuando os arruinasteis y os quedasteis sin nada por la afición al juego de tu padre, de los muebles, de la gente del pueblo; de Catalina la de la pata de goma… y luego llego la mudanza, y un poco de tristeza en tu cara, pues saliste de la casa donde habías nacido. Y la rotura de cadera, y la silla de ruedas, y como aun en la cama, sin poder casi hablar, eras capaz de responder a preguntas que se te hacían. Y como si fuera ayer recuerdo aquella tarde de sábado, un trece de enero de 1996, cuando entre en el dormitorio con mi abuela para darte agua, y como noté en la respiración entrecortada y jadeante, con lágrimas en los ojos, que te ibas, que nos dejabas… y así fue, en menos de una hora. El primer ser querido que se me iba siendo yo plenamente consciente. Te llevo dentro, siendo raro el día en el que no te recuerdo; mucho mas raro en el pueblo, donde tengo tu foto en mi mesilla de noche; y no me quejo de nada, pues tuve la fortuna de conocerte, de quererte, de pasar contigo tantas horas…

6 commenti:

mikgel ha detto...

Lo importante es que mientras tú vivas vivirá en tí. Y yo sigo usando gotas de oro del bote de cristal.

Alfredo ha detto...

Lo mismo digo: uno no se muere del todo mientras queda alguien que le recuerda. Bonito post.

Javiario ha detto...

Glups... me ha recordado a mi abuela Lola, a la que quería mucho (a mi abuelo no lo quería). Era buena y generosa. Un día, cuando ya estaba muy mala mis padres me llevaron a verla, pero estaba tan mal que mi padre me sacó a dar un paseo para no ver el espectáculo. Entonces, yo tenía 6 años, le pregunté afirmandome a mi padre si la abuela se moría, a lo que él no respondió. Ya nunca más volví a verla.

Recuerdos...

Anonimo ha detto...

Si yo te digo que tienes un corazón de oro...
Pues a mi me pasa una cosa curiosa, ya he perdido a varias personas que quiero, y sin embargo nunca recuerdo la fecha en que se fueron ,no se si consciente o inconscientemente... supongo que cuando nos dejan, las fechas dejan de tener significado y a mí no me gustan los 'homenajes anuales', prefiero cuando te dicen una frase al oido cuando menos te lo esperas
Un beso.

NaT ha detto...

Siempre tocándonos la fibra sensible... sniffffff

Anonimo ha detto...

He de confesarlo, me has hecho llorar. Los post dedicados a tu bisabuela, a tu yayo... Hace muy poco perdí a un ser querido muy cercano. Esa respiración del ultimo día, no la consigo olvidar. El tiempo mitiga, suaviza el dolor, pero no lo apaga, el rescoldo queda ahí y el fuego quema de nuevo el alma cuando menos te lo esperas y a veces hasta por lo mas simple. Lo único que lo cura: vivir, mantener su legado, y recordarlos siempre con cariño. Un abrazo.