mercoledì, gennaio 25, 2006

xxx ooo

Aunque en los últimos tiempos no haya sido como fue al principio, sabes que te quiero mucho, y que aun sin hablar mucho te siento siempre muy cerquita, te llevo siempre dentro. Te debo cosas, creo que todas buenas (quizás sin ti no hubiera dado pasos muy importantes). No me arrepiento de nada, o quizás de mi sinceridad, pero bueno, sabia todo lo que había desde un principio.
De corazón espero que te vaya bien, muy muy bien. Que me avises cuando vuelvas, o si por algún tipo de locura quieres que nos veamos antes de irte, que será que no porque estarás liadísimo. Pero bueno, yo seguiré por aquí. Recuerda mi blog, léelo de vez en cuando; que yo te mandare la buena música que siga encontrando, la triste y la alegre, y la hortera también.
Yo recordare ese día y medio aquí, y mis primeros besos, y las lagrimas q me salen sin querer no se porque coño, (sensible q estaba uno, y tu complementándome). Y tu voz ronca, y tus ojos verdes...

martedì, gennaio 24, 2006

mis cinco extraños hábitos

El juego me lo pasa Isma, que además de acordarse de mi me quita a blogueros a los que mandárselo. Menos mal que somos muchos. Las reglas del juego vienen a continuación, y tras ellas mis cinco extrañas manías o hábitos.

1. Cada jugador debe publicar un mensaje con el título "Mis cinco extraños hábitos".
2. Todas las personas que sean invitadas a jugar también indicarán claramente el reglamento.
3. Finalmente, cada participante escogerá a otras 5 personas (añadiendo el link a sus blogs) para que se unan al juego.
4. Deben dejar un comentario a esas 5 personas diciéndoles: ''Has sido elegido'' invitándolos a tu blog a ver de qué se trata.

Ahi van los míos:

Manía 1: cuando bebo cerveza (cada loco con su tema) como mas me gusta es en botellín, un quinto que decís en otras partes de España, y me lo bebo directamente de la botella (deformación homosexual tal vez). La manía es con la etiqueta, no se como lo hago, que siempre se la termino arrancando; ya sea entera o a trozos. Una vez me dijeron que significaba que tenías ganas de follar. No se si será o no. Creo que ganas tengo casi siempre.

Manía 2: antes de acostarme tengo que ir al baño. Como tarde un poco más en apagar la luz o en coger algo…tengo que volver a echar las tres gotas correspondientes, lo mismo que antes de irme de mi casa o de salir de viaje. El que se pone negro conmigo es mi hermano, que me riñe siempre.

Manía 3: no puedo hablar con personas vizcas, lo siento, pero me pongo nerviosisimo, porque no se con que ojo me miran. No se si mirarlos al ojo izquierdo o al derecho, o a los dos por turnos. Espero que nadie se ofenda.

Manía 4: cuando estoy nervioso por algo, me dedico a abrocharme una y otra vez los zapatos. Ahora ya lo hago menos, o será que no soy consciente cuando lo hago, pero he llegado a tener que desatado, de fuerte que me los había atado.

Manía 5: Isma me pica con las intimidades, y os cuento (pese a que Javiario me diga algo) que a mi me gusta olerme la mano después de tocármela. Me pone muchísimo el olor, pero no el de una sucia, conste, el olor a polla, el suyo.

Y se lo paso a: Mikgel (si, matame si quieres), Alfredo, Laffer, Javiario (que se metera conmigo, pero me rio mucho) y a Hazel (que si acepta el reto, comente en mi blog). Besos a todos.

lunedì, gennaio 23, 2006

reproche

Escúchame. No contestas a mis cartas, no respondes mis llamadas. Me he quedado dormido sin pensar, descuidado y enfermo… Deben de ser las cuatro o las cinco, me arde la frente, estoy solo. Y tú nuevamente has roto tu promesa de estar a mi lado. No me has valido como amante, y no sirves gran cosa como amigo. Me acusas de que no olvido, pero tú tampoco olvidas. Y cada día queda fijado en nuestra memoria por los miles de detalles que distinguen un aire del otro y la primavera del invierno.
Lo único que se me está olvidando es llorar, ya llore bastante, bastante lloré. A veces el recuerdo asciende por las venas y me sorprende no sentir dolor, sino una tranquilidad… que me deja cansado y confiado, mecido en dulces alas de pájaro en el agua. Vuelvo a ser quien soy y no quien tu deseabas. Yo el bueno y generoso cuando te cumplía los gustos… Yo retorcido y maléfico como un alacrán en medio de las peleas. Yo, el pobre tonto, el obediente, el ingenuo, el juguete con que divertirte.
Me dijeron que en el amor estaba la muerte y la vida, pero me engañaron. Aquello debió ser amor sin duda, porque se convirtió en mi vida y en mi muerte. Me despertaba y te veía en mi cama y el yo que no era yo deseaba hacerte sufrir, ahogarte con la almohada… Así acabaría todo. Pero yo, el que era yo, te acariciaba y volvía a dormir… Y el yo en el que me estaba convirtiendo lloraba…
Te he querido tanto, tanto… Y tú ni siquiera lo has sabido. La primera vez que oí tu voz vi bajar las nubes, la primera vez que toqué tu mano pensé en escapar, como el agua hacia el mar… Yo caminé hacia ti, un ángel que vino de lejos disfrazado de hombre. Acaricie a otros pero cuando te vi perdí la memoria. Sólo existías tú. ¡Enciérrame y mátame de hambre! te suplicaba… ¡Pero no te vayas! ¡Hazme sufrir pero no te vayas! Nadie podía detenerte…¡Perro en celo detrás de otros perros!.
Las horas pasaban lentas sin ti, mientras añoraba tus pasos por la casa y lloraba rabioso, enfebrecido… Como ahora en la cama, arañando el colchón y arrugando las sábanas. Y si las cosas iban bien, esa noche sentiría sobre mí tu peso, y mi boca llena de la tuya, los ojos llenos de agua. Una pesadilla brutal y desgarradora que se volcaba en otra pesadilla real cuando amanecía y de nuevo te ibas, sin el consuelo de arrancarte una explicación cuando regresabas cada noche. Cuando yo te esperaba sentado en la cama atento a los ruidos, seguro de que esa vez no volverías y el dolor me destrozaría a dentelladas…
Sólo existías tú, todos eran tú. Aquí desnudo junto a mi cintura, de pronto tenso y alerta como un gato, la boca entreabierta, los labios machacados. Si tan sólo ahora pudiera dejar de pensar, pudiera dejar de aullar en silencio contra el viento… Porque esta vez te has ido definitivamente, y bendito sea el momento en que te fuiste. Porque si pudiera borrar el tiempo, regresarte a mi cama, a la lucha incesante de reptiles en movimiento, la carne abierta en vivo, y las venas derramando sangre, a arañazo, a mordisco, a bofetada. Y huesos doloridos. Lo haría, y con eso acabaría mi esperanza, me encadenaría a ti para siempre.
Y he elegido vivir, la herida cauteriza y los flancos aman.
Y de nuevo me juro no escribirte, me juro no llamarte… pero cómo te quise, Dios mío, cómo te quise…
Espido Freire. Cartas de amor y desamor.

sabato, gennaio 21, 2006

ese momento

Ese momento cuando tus pasos van sonando en la escalera me vuelvo loco mi sangre hierve y mi pulso se acelera y me imagino la humedad de tu esperado respirar y me estremezco de saber como te voy a conquistar.
Ese momento que considero tan egoistamente mío ese momento donde se acaban expresiones y palabras cuando tus manos se depositan en la fiebre de mi tiempo.
Ese momento yo no creo que se pueda describir es llanto, risa, vida plena, una forma de morir ese momento te considero tan egoistamente mía.
Ese momento yo lo espero siempre cada atardecer miro la puerta, ese espacio donde vas a aparecer, ese momento te considero tan egoistamente mía.
Ese momento yo lo espero siempre cada atardecer miro la puerta, ese espacio donde vas a aparecer, ese momento te considero tan tan egoistamente mía mía mía.

martedì, gennaio 17, 2006

trozos de carne

En mi post del diez de noviembre, decía que a veces las futuras generaciones me defraudaban un poco. Y con noticias como esta no me extraña. Os remito directamente:
http://www.20minutos.es/noticia/81991/0
A quien le repulse ver a dos tíos besándose (que por lo general son tíos a los que les pone ver a dos tías haciendo exactamente lo mismo), que no mire, y que se joda. Con todas las letras. Ya esta bien del rollito de “amigo de los gays” por fuera y por dentro lo contrario. Esta claro que "trozos de carne bautizados" los va a haber toda la vida, con o sin educación primaria y secundaria obligatoria, con o sin bachillerato, universidad y amor al prójimo…

lunedì, gennaio 16, 2006

Lola

Pasabas las horas sentada en aquella mecedora marrón, con una toquilla violeta echada por los hombros, que hacia contraste con tu pelo cano. Las manos siempre entrenidas, viendo las esquelas del ABC, haciendo ganchillo, cosiendo algo o sosteniendo los gemelos (prismáticos pequeños) con los que solías ver la tele (como te gustaban los toros). Siempre tenias al lado, aquel carrito (creo que se llama camarera) con el agua y un canasto de mimbre con tus cosas: gafas, agujas, tijeras, gemelos… y como te agarrabas a él o al bastón, cuando ibas de un lado a otro por tu casa, de la que no solías salir nunca (dignidad de señora de otros tiempos); por ejemplo para ir a ponerte colonia, siempre ‘gotas de oro’ en bote de cristal, en la puerta derecha del armario de tu dormitorio. Y luego un beso en la frente, de esos de abuela (bisabuela en este caso), que son varios seguidos, con mucho ruido. Contabas tantas historias, de tus padres, hermanos, amigos… de cuando os arruinasteis y os quedasteis sin nada por la afición al juego de tu padre, de los muebles, de la gente del pueblo; de Catalina la de la pata de goma… y luego llego la mudanza, y un poco de tristeza en tu cara, pues saliste de la casa donde habías nacido. Y la rotura de cadera, y la silla de ruedas, y como aun en la cama, sin poder casi hablar, eras capaz de responder a preguntas que se te hacían. Y como si fuera ayer recuerdo aquella tarde de sábado, un trece de enero de 1996, cuando entre en el dormitorio con mi abuela para darte agua, y como noté en la respiración entrecortada y jadeante, con lágrimas en los ojos, que te ibas, que nos dejabas… y así fue, en menos de una hora. El primer ser querido que se me iba siendo yo plenamente consciente. Te llevo dentro, siendo raro el día en el que no te recuerdo; mucho mas raro en el pueblo, donde tengo tu foto en mi mesilla de noche; y no me quejo de nada, pues tuve la fortuna de conocerte, de quererte, de pasar contigo tantas horas…

martedì, gennaio 10, 2006

mi pelicula

A veces hago una montaña de un grano de arena, lo mismo que hago crecer un árbol de una semilla. Y me ilusiono con cosas con las que se que no me debo ilusionar. Y me monto mi película, yo solito; dirijo, escribo, monto, doblo, le pongo una banda sonora y un decorado… Todo muy bonito, muy de cuento de hadas. Pero luego pocas veces la película llega a ninguna parte, se queda metida en un cajón, y cuando sale del cajón, no le dan ni un premio en condiciones, solo le dan premios de consolación.
Dice mi amiga Bea, que paso de la euforia al llanto en un segundo. Pero bueno, así soy, de simple o de complicado, de bueno o de malo. Así somos, mi soledad, mis circunstancias y yo (Ortega revisited).

giovedì, gennaio 05, 2006

reyes 2006

En este día recuerdo mi niñez. Alguna nochebuena en m pueblo, en casa de mi bisabuela, con mi padre disfrazado de rey mago, y el miedo en el cuerpo, y a mi primo llorando, y la oscuridad en la que estaba inmerso. Y el regalo, un parking azul y blanco, con sus coches… que terminó destrozado por el campo en uno de los veranos siguientes. Recuerdo también otro día en casa de mi abuela, en la fabrica, que los regalos los pusieron en la terraza, y una luz que se movía y mi madre que me decía que eran los reyes y yo tan contento.
Tanta ilusión que se perdió por el camino. Y que los que llegaban nuevos fueron recogiendo. Ahora son ellos los que se ilusionan, aunque claro, no es lo mismo. Los niños de ahora tienen de todo, y todo con pilas, todo eléctrico. De eso casi no había en mi época, no era lo normal. Eso si, creo que nosotros al menos ganábamos en que no existían casi imitaciones, y los juegos eran casi todos de marca.
Si este año mis padres me regalaran lo que quiero, creo que no haría falta decirles que soy gay. Jajaja. Creo que lo he pedido tantas veces que cuando llegue no me lo creeré, y seguro que le doy puerta (espero que no). No se, lo de que me regalen no me hace mucha ilusión. Pero bueno, uno pone cara de felicidad por no defraudar al regalador. Será que ayer salí y como siempre que vuelvo de la calle, no me encuentro bien de ánimos. Luego me iré otra vez a mi pueblo, a ver si soy capaz de aguantar allí hasta el domingo, pero con las pocas ganas que tengo…
Bueno (ahora todo dicho con felicidad), espero que quien quiera que sea os traiga lo que queréis, que lo paséis bien, que disfrutéis... y que seáis felices o al menos lo intentéis. Un beso