Ha pasado ya. Ayer hizo un año. Un año entero, con todos sus días, sus meses, sus horas; algunas muy muy largas, otras muy cortas. Un año que nos dejaste, que te fuiste después de una enfermedad un poco agónica, un poco hereditaria, un poco quizás provocada por el tabaco. Una enfermedad con la que solo se suponía que vivirías tres meses, y estuviste con nosotros cerca de ocho, quizás los mejores meses que pasamos contigo. Fuiste el mejor enfermo del mundo. Con todo lo serio que habías sido siempre, estabas en la cama, y cuando te movíamos para algo siempre contabas un chiste, o soltabas una gracia, y claro, algún día apunto estuviste de ir a parara al suelo porque nos entraba risa y no podíamos cogerte. No parabas de pedirnos un cigarrito y cuando te decíamos que no sabíamos donde estaba, nos decías el sitio sorprendiéndonos. Y todo el tiempo aquel lleno de cosas así.
Y ahora es todo un poco extraño, un poco raro, por ejemplo porque no teníamos costumbre de pasar tanto tiempo con la abuela, que los dos siempre fuisteis muy independientes y andabais de arriba abajo, de la playa a Sevilla y de Sevilla al pueblo, y así siempre, sin dar explicaciones a nadie. Y claro, ahora la tenemos que llevar nosotros, y solucionarle muchas cosas, que antes solucionabas tú. Santo varón, que aguantar a esta abuela a veces es un poco insoportable, no sabemos como lo hiciste tanto tiempo. Ahora entiendo porque después de jubilado seguías pasando tanto tiempo en la fábrica. Y cuando bajo a la fábrica ya no estas en tu mesa, que esta ahora vacía y llena de papeles. Y tu coche casi se muere de risa en el patio. Y nos podemos sentar en el sillón sabiendo que luego no tenemos que cambiarnos de sitio.
Y ahora es todo un poco extraño, un poco raro, por ejemplo porque no teníamos costumbre de pasar tanto tiempo con la abuela, que los dos siempre fuisteis muy independientes y andabais de arriba abajo, de la playa a Sevilla y de Sevilla al pueblo, y así siempre, sin dar explicaciones a nadie. Y claro, ahora la tenemos que llevar nosotros, y solucionarle muchas cosas, que antes solucionabas tú. Santo varón, que aguantar a esta abuela a veces es un poco insoportable, no sabemos como lo hiciste tanto tiempo. Ahora entiendo porque después de jubilado seguías pasando tanto tiempo en la fábrica. Y cuando bajo a la fábrica ya no estas en tu mesa, que esta ahora vacía y llena de papeles. Y tu coche casi se muere de risa en el patio. Y nos podemos sentar en el sillón sabiendo que luego no tenemos que cambiarnos de sitio.
Pero bueno, a todo se acostumbra uno. Y poco a poco nos hemos adaptado a las situaciones, a las que provocaste con tu ausencia y con tu enfermedad. Y estés donde estés te digo lo que nunca te dije: Te quiero Yayo.
5 commenti:
:'(
Jo niño, que me he emocionado y todo. Será que a uno de mis abuelos no lo conocí (y nunca pude decirle te quiero)y a los otros tres los perdí en un plazo de 5 meses aproximadamente en el mismo año y creo que tampoco les dije esas dos palabras tanto como hubiera querido.
Bueno... no nos pongamos tristes, y por si no pudiera decirlo, ya sabes que yo te quiero mucho, al menos mi cariño es muy grande.
Un besote
No se tu yayo, pero si era tan grande como tú seguro que dejó un hueco irremplazable.
Yo he vivido una situación similar, incluso una segunda parte este año, asi que me han llegado todavía más tus palabras.
Por los que queremos que se nos van, para que nos ayuden a aprovechar el tiempo que ellos no tuvieron.
Un abrazo.
Los recuerdos de mis abuelos siguen presentes en mi durante al año, por una cosa u otra...
Quizás me da rabia que no hayan visto como terminé de crecer y cómo encaucé mi vida.
Pero en fin..si los recuerdos son buenos, hay que ser feliz con eso
Hay quien tiene menos
UN besote
Se les echa de menos, ¿verdad?
bonito post...
Estoy convencido que de una u otra manera ellos siguen con nosotros. Seguro que te vieron crecer y encauzarte Swaggerboy.
Los mios fueron maravillosos. Le pido a la vida que nunca me borre su recuerdo; y espero que el día de mañana pueda reencontrarme con ellos y darles un gran beso y un fuertísimo abrazo.
Todos los niños deberían haber disfrutado del amor puro y tierno de sus abuelos.
Un abrazo
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