mercoledì, dicembre 28, 2005

23 de diciembre

Quedé para cenar con mis amigos en el pueblo, llegue acompañado de mi intima, a eso de las 22’30, la hora justa a la que habíamos quedado. Subí a mi casa, solté unas cuantas cosas, besos a mis padres, y cambio de vestimenta. Al ratito estaba abajo esperando a Beita, recogí del coche un kit de navidad (gorro de papa Noel con luces, unos cuernos de reno con cascabeles y una pandereta) y corrimos al encuentro de los demás. Algunas ingratas sorpresas, porque gente que no esperaba ver estaban allí, pero bueno. Intentamos encontrar un sitio para cenar, pero era difícil, así que terminamos en uno de esos sitios en los que cada vez que vas juras y perjuras que no vuelves porque te pegan la clavada del siglo, y así fue, y así juramos y perjuramos (al menos algunos) que no volvíamos, aunque esta vez nos resarcimos bebiéndonos más de la mitad de una botella de licor de hiervas. Luego seguimos de bares, y llegue a mi casa a eso de las cuatro y media de la mañana, pero para entrar tuve que llamar primero al telefonillo que no funcionaba, luego a mi hermano que no me cogía el móvil, y por ultimo a mi madre que por poco y no me mata con la mirada cuando llegue y vio el estado en el que llegue. Lo que yo no sabia es que a excepción de una amiga que venia de la comida de empresa, fui el único borracho de la noche y no me podía explicar ni eso ni el dolor de cabeza tan horrible con el que me levante el día 24 si solo había bebido cerveza. Hasta que me acorde de los seis chupitos de licor de hierbas. Poca memoria que tiene uno cuando bebe.

1 commento:

NaT ha detto...

Si ya te lo he dicho yo!!
que no mezcles, jajajajaja, que es malo.
Dices que sólo cerveza... pero no nos dices cuantas ;)

Besos bonito