lunedì, novembre 21, 2005

ternura

Amor, nos quejamos tantas veces, tantos días. Tú no bajaste la basura. Yo nunca recuerdo apagar la luz del baño. Que se nos olvida la dicha de que pasan los días.
Y las quejas y de que aun encontremos algo por lo que protestar. Y cada vez q te digo que la basura resuma y huele, se que te encogerás en el sofá y que seré yo la que a las tantas de la noche coja la bolsa repugnante y la bajare rezongando. El brazo muy lejos del cuerpo. Y sabes que cuando abra de nuevo la puerta… te cubriré de insultos enormes e inofensivos. Y que tendrás para echarme en cara que olvide de nuevo la luz del baño y que luego la cuenta sube y nuestros ahorros bajan y no viajaremos nunca a Buenos Aires.
Nos quejamos todo el rato. Tú me arrojas la almohada cuando insisto en despertarte por la mañana, esa absurda manía mía de que algún día llegues a tiempo al trabajo. Yo bostezo y me hago la dormida por las noches, y protestas porque te arrastro a la cama en lugar de permitirte trabajar un rato más, o jugar con el ordenador medio a escondidas. Y te pongo un libro en la mano y te digo que me leas, que me leas algo. Y cuando me duermo, me acaricias el pelo y sigues leyendo dos o tres horas más. De modo que mi astuta treta no da resultado y de nuevo he de levantarte lleno de sueño por la mañana.
Nos quejamos del derecho y del revés. A mi madre y a tus amigos. Que se hacen los locos y no se toman nada en serio, ni mis cuitas ni tus batallitas. Y nos cobran contándonos sus penas que son siempre siempre más importantes que las nuestras. Nos quejamos constantemente. Yo me lamento porque no quedo sabrosa la cena y busco en la queja un poco de ternura, que tu me digas que nada importa, que, que cocino como un oso pero que me quieres, y eso basta. Y pasan los días y el piropo no llega y yo dejo de cantar mis ineptitudes porque, porque no me llegan las palabras bonitas. Y pasan los días señalados sin unas flores o sin que te acuerdes de que hoy hizo un año o dos, siete. Y de pronto te enfurruñas porque, porque hace dos días me dejaste una nota escondida bajo el jabón del baño que yo no encontré.
Nos quejamos. Pero olvidamos la delicia de enterrar mi cara en tu espalda cuando me despierto en mitad de la noche y te siento respirar y …y el mundo entero se organiza. Olvidamos agradecer el hueco de tu clavícula que me sirve de almohada, y la mirada que se cruza en las cenas aburridas, y los brazos con que calmas mis lágrimas. Y las palabras con que acaban tus preocupaciones. Y la nostalgia inmensa que nos asalta de pronto en el trabajo. Solos. Y las notas en la nevera, como esta, con corazones ridículos dibujados con la mano izquierda, mientras con la derecha agito la basura un momento antes de librarme de ella y de pensar en terribles y atroces insultos con los que quejarme.

Espido Freire. Cartas de amor y desamor.

8 commenti:

luigi ha detto...

Teneis que bajaros el disco de Edith Salazar (si Alfredo), y escuchar las ultimas canciones, que no son canciones, sino las cartas de amor y desamor de Espidon Freire recitadas por mujeres como Antonia San Juan, Lucia Bose, Loles León...

Anonimo ha detto...

El texto muy bien, pero ya escucharlo con la musiquita y todo es lo mas. Es tipica canción que como te pille ne día bajo, lloras como cosa mala.

Un abrazo campeon.

mikgel ha detto...

ya te dije ayer que esto no se hace a una persona en horas bajas. jejeje. Eso es amor de verdad y no lo que nos vende hollywood.

Anonimo ha detto...

Pues... tengo que darte las gracias. A mí me ha pillado recuperándome de horas bajas y me ha hecho sonreir un poco más hoy... Se nos olvida siempre dar las gracias, como se nos olvida decir "Te quiero", "Lo siento", "Perdóname", "Te necesito", "Me faltas"... pero sobre todo, "Gracias por estar ahí".

Un abrazo

Alfredo ha detto...

¿Y ésto lo hace MI Edith? No doy crédito!! Pues me ha tocado la cuerda sensible, es lo más parecido a la realidad, con su bolsa de basura y su ternura de madrugada incluídas.

Javiario ha detto...

Jo, cuanta cultura y sensiblerío hay por aquí... pareceis maricones, coño!!!

jajajajaja es que me parto yo sólo!!

Anonimo ha detto...

A mí me ha gustado tanto, y significa tanto para mí en este momento, que con el permiso de Luigi, un día de estos lo pongo en mi blog.

Por cierto, ¿a quién hay que matar para conseguir esos mp3 con las cartas recitadas?

Swaggerboy ha detto...

Me pongo a menudo el mp3...Me emociona mucho cómo recita esto Antonia San Juan

Una joya